Los Juegos Olímpicos de 2020 serán en Tokyo y no en Madrid, sin embargo es interesante conocer cuál hubiese sido la repercusión de la organización de un evento de este tipo en el mercado inmobiliario.
¿Qué repercusión en el área inmobiliaria hubiese tenido para Madrid ser la sede olímpica de los JJOO 2020? Cabe destacar que se hubiese tratado de un impacto indirecto y que tiene lugar en el largo plazo, el llamado “legado ólimpico“, que se refiere al cambio experimentado en la zona y en la ciudad una vez concluída la celebración.
Entre ese legado, podemos resaltar: 1) Regeneración urbanística. 2) Villas Olímpicas. 3) Mejoras de infraestructuras. 4) Mejoras del medio ambiente. 5) Promoción de la ciudad a nivel turístico y como centro de negocios.
En el caso de Madrid encontramos algunas ventajas que se han producido por el simple hecho de ser una ciudad candidata a albergar los Juegos Olímpicos. Desde Jones Lang LaSalle destacan: “la ciudad ya se ha visto impactada positivamente y ha venido disfrutando de la regeneración urbanística, la mejora de las infraestructuras y del medio ambiente”. “La larga carrera de fondo que ha mantenido la capital para ser anfitriona de los juegos debe analizarse positivamente. La mayor parte de las infraestructuras necesarias ya están terminadas y la moderna red de transportes con la que cuenta la ciudad es ejemplo y modelo para muchas capitales de todo el globo. De todo ello se han beneficiado los ciudadanos y visitantes”.
Sin embargo, los Juegos Olímpicos también producen efectos muy directos a corto plazo en el sector inmobiliario, como son los incrementos de la oferta y de las tasas de disponibilidad de superficies para diversos usos. No obstante, las implicaciones directas en el sector inmobiliario de acoger grandes eventos dependen mucho del tamaño y madurez relativa del mercado inmobiliario local.
En el caso del mercado hotelero, lo que la mayoría de las ciudades experimentan es: 1) Un crecimiento de la oferta de habitaciones a medida que se aproximan los Juegos. 2) Una disminución de la ocupación durante el año de los Juegos, para recuperarse tras ese periodo. 3) Un incremento significativo del promedio de las tarifas diarias durante el año de los Juegos, seguido de una caída de las mismas en el año post-olímpico. 4) Un rendimiento diferente en cada caso tras los Juegos dependiendo de variables ajenas, su situación en el ciclo económico del mercado o la magnitud de la nueva oferta creada.
Según Luis Arsuaga, director para España y Portugal de Jones Lang LaSalle Hotels & Hospitality Group: “ El impacto a nivel turístico de los Juegos Olímpicos en una ciudad como Madrid sería enorme. Madrid es una ciudad con una cantidad innumerable de atractivos: centro histórico, edificios de varios siglos de antigüedad, museos –entre otros, una de las más importantes pinacotecas del mundo, el Museo del Prado-, la Gran Vía con sus teatros, su gastronomía, su vida nocturna, etc. Pero es una ciudad que hasta la fecha no se ha vendido internacionalmente como se merece. Los Juegos Olímpicos pondrían en el mapa a Madrid como en su día pusieron a Barcelona y muchos visitantes de todas las partes del globo visitarían una ciudad que sin olimpiadas jamás habrían visitado”.
Por su parte, en el mercado residencial, el aumento a corto plazo de las rentas y precios es más probable en mercados más pequeños o poco maduros. Por otra parte, se suele apreciar un impacto en el largo plazo en términos de nuevos núcleos urbanos y la mejora de la calidad del stock de viviendas.
El mercado de alquileres hubiese sufrido una importante subida durante las semanas que durasen las olimpiadas, debido al gran número de visitantes que acogería la ciudad”, según detalla Carlos Ferrer-Bonsoms, director de residencial, bancos y cajas de Jones Lang LaSalle.
Por ahora tocará esperar hasta otra ocasión.