Si algún propietario estaba dejando que le salieran telarañas a una vivienda que no utilizaba, pensando en reservarla para el hijo o como inversión para venderla en épocas en las que el ladrillo vuelva a repuntar, quizás ahora deba pensárselo dos veces. La futura ley vasca de Vivienda, que se aprobará en el Parlamento Vasco en junio y entrará en vigor en otoño, centra buena parte de su articulado en movilizar la vivienda vacía desocupada hacia el mercado del alquiler. A tal fin, contempla la imposición de un canon anual de entre 10 y 30 euros por metro cuadrado a pisos que lleven vacíos más de dos años, sin contar las segundas residencias.
En Guipúzcoa , esa medida, cuya aplicación deberá esperar a que se desarrolle el reglamento correspondiente, afectaría a cerca de 8.500 pisos que llevan vacíos más de dos años y no se encuentran ni a la venta ni en el mercado del alquiler, según datos del Observatorio Vasco de Vivienda (Gobierno Vasco). Si coincide que esa vivienda se encuentra en alguno de los 52 municipios de Guipúzcoa que aplican un recargo en el IBI por tener un piso vacío, la ‘factura’ será mayor.