La expectativa es que el mercado de segundas viviendas o residencias vacacionales experimente una subida de en torno al 5% durante este año. Ello puede venir dado por el contexto de recuperación económica actual, por la apertura del crédito inmobiliario e, incluso, por el aumento de la construcción de viviendas nuevas.
La venta de viviendas se ha visto incrementada en los dos últimos años y ese crecimiento también ha llegado a la compraventa de segundas viviendas, que se vuelven a convertir así en un modo de inversión de los ahorros de los españoles. Así lo han vivido las promotoras inmobiliarias, que han multiplicado por tres sus ventas de residencias vacacionales en el primer cuarto de 2016 con respecto al mismo período del pasado año. Uno de los factores de influencia sobre este hecho es que se están retomando obras que estaban por terminar.
La cercanía de la segunda residencia con la vivienda habitual es uno de los principales factores a la hora de elegir aquella, aunque hay quienes, en lugar de por la corta distancia, optan por el buen clima a la hora de elegir su hogar de vacaciones. Por supuesto, el precio y la calidad también son factores decisivos, así como el prestigio del promotor de los inmuebles.
En general, la costa Blanca y la costa Mediterránea son los principales lugares preferidos por los compradores para adquirir una segunda vivienda. Durante 2015, el 59% de los clientes nacionales eligieron la costa Blanca para establecer su segundo hogar. Precisamente, en la costa se han iniciado nuevos proyectos. Málaga, Valencia, Alicante y Tarragona son las principales zonas de interés tanto para inversores como para promotores.
Para muestra un botón. Y es que en tan sólo 15 días de este año se vendieron 85 viviendas del residencial Sunset Drive de Benidorm, el 56% de ellas en el mercado nacional. Un claro ejemplo de la recuperación y el auge que experimenta el sector.
En cuanto al perfil de los compradores de este tipo de inmuebles, los españoles suelen elegir segundas viviendas que se ubican en la misma comunidad autónoma donde residen o en provincias limítrofes. Además, los ciudadanos europeos –sobre todo, de Rusia y Europa del Este– pisan con fuerza en este terreno. Los extranjeros suelen buscar, principalmente, inmuebles de alta gama situados en la costa andaluza y en la catalana.
La segunda vivienda tiene el objetivo de cumplir con las necesidades de una población no permanente para pasar las temporadas vacacionales o los fines de semana. Incluso, para llegar instalarse en ellas de forma definitiva en algún momento futuro. Un 20% de los españoles tiene una segunda residencia en pueblos y zonas rurales. Ya sea en la playa o en el campo, contar con una segunda vivienda es un valor seguro para el relax y la desconexión.
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