El precio de las viviendas en las zonas de cosa sufre un descenso de hasta casi un 50% de su valor en aquellas consideradas como segunda residencia.
El recorte de los precios de segunda vivienda ha visto por tanto como se ha acelerado en el primer semestre del año. Y ahora aparece una cartera de viviendas en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía con precios que no superan los 50.000 euros.
Pero además de bajar los precios de la segunda residencia en las zonas de costa, destaca como, ahora, el 70% de las adquisiciones de vivienda se pagan al contado. Unos datos llamativos ya que antes de que estallara la enorme burbuja inmobiliaria española en 2008, las compras sin hipoteca suponían tan solo el 37% del total.
Unas estadísticas cambiantes que tienen como motivo que el crédito es más caro y más escaso. Los bancos han ajustado sus parámetros de riesgo y han decidido reducir su exposición al sector de la vivienda, siendo ahora mucho más difícil obtener una hipoteca.
Sin embargo, pese al descenso de los precios en las segundas viviendas, la compra de activos inmobiliarios está todavía bajo mínimos, y la única vía que hace que el mercado mobiliario de síntomas de movimiento es el aumento de compradores extranjeros, que suponen ya el 17% del total.
Se trata sobre todo de compradores rusos, escandinavos, británicos, holandeses y franceses. La mayoría compran sin hipoteca, favorecidos por la fuerte reducción de los precios de las propiedades, que les permite pagar la casa con algunos ahorros sin necesidad de obtener una hipoteca.
Una situación que además se produce en un panorama en que el banco malo todavía no ha dado resultados. Se podría decir que sigue poniendo orden en sus activos y que es poco probable que reactive el mercado este año. Destaca además como la Sareb, que ha adquirido préstamos y activos inmobiliarios dudosos por valor de 50.000 millones de euros, dispone todavía de 15 años para deshacerse de su stock, por lo que no es esperable que venda a precios tan bajos.
La esperanza de reactivación del mercado inmobiliario pasa por que los vendedores endeudados comiencen a vender sus carteras inmobiliarias y que los fondos de inversión aprovechen estas oportunidades. Además tenemos a los inversores en capital riesgo, que casi nunca esperan a que el mercado alcance su nivel mínimo, y podrían ayudar a esta reactivación.
Una clase de acuerdos que pondría de manifiesto que España podría estar acercándose al final de su crisis inmobiliaria.