España es el país de la UE que más rascacielos ha inaugurado desde el estallido de la crisis.
Cuanto más grande, mejor. Eso es lo que han debido pensar algunos promotores inmobiliarios, que han convertido a España en el paraíso europeo de los rascacielos, o al menos de los edificios de más de 140 metros.
Desde que en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria, ninguna otra nación de la eurozona ha inaugurado tantos rascacielos como nosotros: hasta siete colosos de acero y cristal han abierto sus puertas en los últimos cinco años con un coste total que supera los 1.500 millones de euros.
Durante este mismo periodo, otras economías europeas más saneadas que la española han apostado por una postura más conservadora. De hecho, Reino Unido ha edificado seis rascacielos en ese tiempo, cinco de ellos en Londres –al calor de los juegos olímpicos de 2012– y uno en Liverpool.
En Francia las grúas apenas han levantado cuatro grandes edificios –tres en parís y uno en Marsella-, mientras que en Alemania únicamente se han proyectado dos rascacielos, ambos en la ciudad de Fráncfort.
Mientras tanto, sólo en Madrid se han edificado más rascacielos que en Francia o Alemania. Las cuatro torres de la capital, los edificios más altos de España, se han convertido en la enseña de esta nueva pasión por estas vertiginosas construcciones.
Benidorm es el otro gran epicentro de los edificios de más de 140 metros con dos exponentes, la torre Lugano y el edificio Kronos. Además, desde 2011 Bilbao también cuenta con su propio rascacielos, la torre Iberdrola.
Los más modernos
En total, España cuenta con 12 de estos gigantes urbanos ya edificados, a los que en sólo unos meses se sumarán dos más que ultiman su construcción: el residencial Intempo en Benidorm y la torre Cajasol en Sevilla, con 200 y 180 metros de altura, respectivamente.
Esta cifra nos sitúa como el cuarto país de la UE con más rascacielos, solo por detrás de Francia (18), Reino Unido (17) y Alemania (15), según los datos recogidos por el Consejo de edificios altos y hábitat urbano (ctbuh) en su último informe, que nos sitúa muy por delante de Polonia (8), Italia (6) y Holanda (5).
Además, los edificios altos de nuestro país son los más nuevos del viejo continente. La edad media de los rascacielos españoles es de 8 años, mientras que la de los franceses, muchos de ellos nacidos en el boom inmobiliario de los años 70 y 80, es de 17 años.
Los grandes bloques de oficinas alemanas cuentan con 15 años de antigüedad, mientras que los británicos, consecuencia directa de la pujanza de la city londinense y las olimpiadas apenas suman una década de antigüedad media.
Benidorm, ciudad de altura
La mayor concentración de edificios de más de 100 metros de altura está en la región levantina. Al calor del turismo, la comunidad valenciana ha elevado 28 de estas construcciones. Sólo Benidorm cuenta con 25 edificios por encima de la treintena de plantas. Madrid se sitúa en segundo lugar con 14 construcciones ‘centenarias’ y Barcelona, tercera con únicamente ocho.
Actualmente 11 de las 17 comunidades autónomas de nuestro país cuentan con su propio edificio de al menos 100 metros, símbolo de la pujanza del ladrillo en los últimos años. En total, España cuenta con medio centenar de rascacielos.
Y pronto serán más: según los datos de skyscrapercenter, actualmente hay en construcción cuatro nuevos rascacielos y proyectados cinco más, junto con otros cuatro –todos ellos en la comunidad de Madrid– cuyas obras están paradas.